Maternidad vs abuelidad

Soy la abuela de Inés y esto no me puede hacer más feliz. Esta semana he podido disfrutar y experimentar la abuelidad cuidando de Inés dos días seguidos a tiempo completo. Me emociono solo de pensarlo porque ella no vive en mi misma ciudad y la veo poco, por eso, estos dos días intensos han despertado en mi tantas emociones.

¿Cuánto amor es capaz de ofrecer el ser humano? Claramente infinito. Cuando crees que ya has cubierto el cupo llega Inés y lo descuadra todo. No es, ni mucho menos, que se quiera más a un nieto que a un hijo, pero es otro tipo de amor más maduro y más consciente, puesto que se desarrolla en otra etapa de la vida. El amor de madre es tan incondicional como el amor de abuela, pero representa mayor responsabilidad y sufrimiento.

El día que conocí a Inés por primera vez

La maternidad se suele vivir con más ansiedad e inseguridad, mientras que la abuelidad es más calmada, más segura. Yo he sido una madre muy entregada a mis 3 hijos y he disfrutado mucho con la crianza, pero también he tenido momentos de mucha preocupación. Aún no sé qué me deparará el futuro como abuela, pero, de momento, lo más bonito de la relación que nace entre abuela y nieta es la sensación de que tú eres tan feliz a su lado como ella al tuyo. Esa comunión con otro ser humano que se desarrolla cuando hay conexión y complicidad. Ese amor incondicional y eterno que nada ni nadie podrá evitar jamás. Eso siento yo cuando estoy con Inés aunque aún sea un bebé.

Las personas somos mucho más felices cuando aprendemos a agradecer cada día lo que tenemos, centrándonos en lo positivo y desechando lo negativo o dándole menos importancia. En terapia solemos hacer mucho hincapié en este punto a la hora de intervenir en casos de depresión, duelos y ansiedad. Es importante dedicar unos minutos al final de día a agradecer lo bueno que nos ofrece la vida. Por eso, yo agradezco a la vida y, en particular a mi hija y a mi yerno, por haberme dado la oportunidad de sentir y experimentar todo lo que conlleva ser la abuela de Inés con todas las consecuencias.

¡Soy muy consciente de lo privilegiada que soy de tener a mis hijos y a mi nieta!

Solo quería compartirlo, muchas gracias por leerme.